Hace 12 años que enseño inglés, omgg! Empecé como tutora de mis compañeros en la escuela a los 15 años.
Tuve la oportunidad de empezar joven por ser bilingüe y tener un native-like accent, que me daba ‘mayor credibilidad.’
Y justo por eso, por haber crecido bilingüe, mi experiencia aprendiendo el idioma es distinta a la de mis estudiantes. Pero, sí, compartimos algo: el miedo al inglés.
Los profesionales con los que he trabajado mayormente han aprendido inglés en el colegio, instituto o academia de idiomas en un país hispanohablante.
Y actualmente, lo hablan en el trabajo.
En cambio, yo lo aprendí a los 6 años en Estados Unidos y estuve inmersa en el idioma y en una cultura diferente hasta los 12 años.
Lo aprendí por la necesidad de comunicarme, y cómo era niña, no era consciente de las estrategias de aprendizaje, ni el vocabulario, ni el grammar, none of that.
Tampoco recuerdo cuándo me di cuenta de que ya lo dominaba.
Adquirí el idioma de manera natural, en mi día a día:
en el colegio
con mi hermana
leyendo libros de ficción
viendo dibujos animados
Al cabo de un año, lo hablaba naturalmente.
Sin embargo, recuerdo que entendía más de lo que QUERÍA hablar.
Y mirando atrás, reconozco que tuve los mismos temores al aprender inglés, con los que muchos pueden sentirse identificados:
⚡miedo a no sonar como nativa.
⚡miedo de hablarlo frente a otros.
⚡miedo a cometer errores.
El miedo a no sonar como nativa, me acompaño un par de años.
Cómo cualquier niña que busca encajar, no quería ‘ser diferente’ a mis demás compañeras.
Eso podía llamar la atención, most definitely.
Ya que yo tengo un nombre nada común (Aránzasu Mollyk), venía de un país diferente (Perú, no era muy conocido entre mis compañeros) y había pocos hispanohablantes.
Pensaba que mi acento no era el adecuado y que no estaba hablando correctamente.
Este es un sentimiento común entre muchos estudiantes, quienes creen que su inglés es pobre debido a su acento muy marcado, muy castellanizado.
Es cierto que cuanto más tarde se aprende inglés, más difícil puede ser adquirir un acento nativo, como cuando se aprende de niña.
Sin embargo, en muchos casos, mis estudiantes son capaces de mantener una conversación clara y fluida, sin que su acento afecte la comprensión.
Most often, el verdadero obstáculo es la falta de confianza.
El miedo a hablarlo frente a otros: es algo que muchos arrastran hasta la adultez.
A mí me sucedía porque sentía que mi inglés no era lo ‘suficientemente bueno’.
Aunque nunca tuve una experiencia negativa al hablar el idioma, tenía dicha inseguridad porque era una niña tímida, intentando adaptarse a tantos cambios.
Algunos profesionales con los que he conversado, sí han tenido experiencias negativas al hablar o aprender inglés.
Esto los ha llevado a desarrollar creencias limitantes y a programarse mentalmente con ideas como:
✖️ el inglés no es para mí.
✖️ estoy viejo para el inglés.
✖️ soy malo para los idiomas.
✖️ mi pronunciación es pésima.
However, una vez que comienzan a practicar el idioma, se dan cuenta de que la realidad no es tan grave como nuestra mente la hace parecer.
El miedo a cometer errores es acompañado por esas ideas limitantes.
Por temor a equivocarnos, evitamos hablar inglés frente a otros, preocupados de que se rían de nosotros.
Recuerdo que en segundo grado me daba vergüenza leer en voz alta en clase. En esos momentos me ponía muy nerviosa y pensaba:
💭 voy a pronunciar incorrectamente tal palabra.
💭 se va a notar que mi acento no es “tan gringa.”
💭 no voy a saber decirlo con la entonación correcta.
Con el tiempo, entendí que estos miedos son parte natural del proceso de aprendizaje.
A medida que fui creciendo y haciendo más amigos, aunque seguía siendo tímida, empecé a sentirme más segura al hablar inglés, hasta el punto de sentirlo como mi primera lengua.
Confía en que el tiempo, la práctica y la necesidad de usarlo te ayudarán a superar estos miedos.
Como adultos, tenemos más herramientas y capacidad para enfrentarlos que cuando éramos niños.
Habrá momentos en los que falles, y otros en los que te irá mejor, pero si no los enfrentas, se convertirán en obstáculos forever and ever.
No hay edad para el inglés.
Ni necesitas talento para aprenderlo.
But always, ganas y dedicación.
Just give it time!
Love,
Susu